12/2/09

El adversario, un crimen o una plegaria

'El adversario', la narración del escritor Emmanuel Carrère acaba con la frase Pensé que escribir esta historia sería un crimen o una plegaria. Desde que terminé de leer le he estado dando vueltas a su significado.

Para quien no lo sepa, 'El adversario' cuenta la historia de Jean-Claude Roman, un señor que durante casi 20 años fingió ser un médico de la ONU cuando en realidad no era nada. Cuando estaba a punto de desvelarse el engaño, Roman asesinó a toda su familia: a su mujer, a sus hijos, a sus padres y, casi, a su amante.

'El adversario' es una historia sobre la impostura. La fascinación por el mal que sentimos al principio de la lectura se va diluyendo progresivamente, sustituida por la imposibilidad de creer en la fatuidad de un hombre que no ocultaba una doble vida detrás de las mentiras: su cotidianeidad era un vacío absoluto que a cualquiera de nosotros, humanos corrientes y molientes, se nos antojaría insoportable.

Por eso Carrère le otorga uno de los nombres por los que se conoce al demonio en la Biblia. El adversario, alguien tan malvado como para liquidar a sus seres queridos antes que renunciar a su vacua e inservible existencia. Un crimen atroz extender su acto a través de la palabra escrita. Una plegaria implorando que regrese al inframundo del que surgió.

1 comentario:

Libre dijo...

les voy a poner en mi blogroll para que enseñen a bailar a los indies californianos